viernes, 24 de enero de 2014

Cuentos de bienvenida

Donde dos alas rotas se conocen entre las ramas de un árbol cortado, con el rojo tiñendo la atmósfera e inundando sus pensamientos abandonados. Mora su existencia bajo la piel, con una mano asiendo el corazón y la otra tratando de atrapar una fugaz distancia; no saben dónde están ni que les hizo llegar allí. Unas garras invisibles marcan sus extremidades y al pasado dicen cada noche que les atemoriza volver. Dos tumbas huecas se extienden comprimidas hacia el horizonte: rebosan cuentos de bienvenida. Creen haberse vistos los rostros tras el tronco de un regio árbol, cuando la canción de un tocón solitario no era más que un susurro apagado. Escribieron una historia en sus hojas, tal y como versaba la melodía, sin embargo, ya no pueden albergar certeza en sus memorias porque las escenas de rojo les ciegan la claridad y porque las aves muertas no pueden recordar.

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